Cuarenta días cerca de Jesús: «Inclinó la cabeza y entregó el espíritu»
¿Adónde quiero inclinar yo la cabeza? Al lado que la inclinó Él. Al lado de la humildad, de la pobreza, de la obediencia, del desaparecer, del olvido y desprecio de mí mismo. El mundo está falto del espíritu de Cristo. Teme el fracaso, el dolor, la burla y el desprecio. Hay que quitarle ese miedo mostrando el gozo de la Cruz, porque donde hay Cruz hay resurrección.