
CONOCER A LAS MÁRTIRES








Las Siete Mártires de la Visitación
En este corto de HM Televisión, presentamos la historia martirial de las siete hermanas mártires de la Orden de la Visitación del Primer Monasterio de Madrid (España), acaecida en la persecución religiosa de 1936.
Cada una de las mártires posee una riqueza particular que nos permite admirar la belleza de la vocación contemplativa a la que fueron llamadas. Cada una vivió el carisma de la Orden de la Visitación desde su vivencia personal, pero compartiendo una profunda devoción al Sagrado Corazón de Jesús, procurando su honra, amándolo y haciéndolo amar en sus vidas y a través de su entrega.
Si perseveramos con fidelidad, alcanzaremos
al fin de este martirio una gran corona...
Vale tanto el Cielo, que siempre lo compraremos de balde... En vano se tienden redes sobre la Tierra ante los ojos de los que tienen alas para volar...
ACUDE A LAS MÁRTIRES
Oración para obtener gracias y favores por intercesión de las
Siete Beatas Mártires:
¡Jesús, manso y humilde de Corazón, que has coronado con la palma
del martirio a siete hermanas de la Visitación de la Orden e Santa María.
Te rogamos nos concedas imitar su vida de generosa entrega y fidelidad
en el amor, y la gracia que te pedimos por su intercesión...
Gloria al Padre... (tres veces)
Sagrado Corazón de Jesús en Ti Confío.
Acordaos a Ntra. Sra. del Sagrado Corazón:
Acordaos, ¡oh, Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, del inefable poder que vuestro Hijo divino os ha dado sobre su Corazón adorable. Llenas de confianza en vuestros merecimientos, acudimos a implorar vuestra protección, ¡oh, celestial tesorera del Corazón de Jesús!, de este Corazón que es el manantial inagotable de todas las gracias y el que podéis abrir a vuestro gusto para derramar sobre los hombres todos los tesoros de amor y misericordia, de luz y de salvación que encierra.
Concedednos, os lo suplicamos, los favores que solicitamos. No, no podemos recibir de Vos desaire alguno y, puesto que sois nuestra Madre, ¡oh, Nuestra Señora del Sagrado Corazón!,coged favorablemente nuestros ruegos y dignaos atenderlos. Así sea.