Ellos mantienen la esperanza de que, si Dios quiere, podrá salir. Saben que Asia es muy fuerte, que tiene mucha fe en Dios. Ella les ha dicho: «Si vivo o muero será siempre la voluntad de Dios. Yo no quiero cambiar nada». Comparten las mismas creencias y por la voluntad de Dios están dispuestos a morir o vivir con ella. Son conscientes de que en cualquier momento puede ocurrirles algo y sienten miedo.
Han venido a España con la esperaza de que los españoles recen por Asia y por ellos y de que Jesús les dé la fuerza para liberar a Asia.
Este es el mensaje que Ashiq quiere dar a España:
«Que Dios les dé fuerza y que recen para que Asia sea liberada».
Su hija Shidra muestra su profundo dolor y una gran admiración por su madre:
«Toda nuestra vida se ha arruinado porque no tenemos a nuestra madre y esto no nos gusta nada, pero gracias al amor de los demás, nuestra fe es más fuerte. Nuestra vida estaba ligada a ella y ella sigue presente en nuestra vida. Estoy orgullosa de que ella haya hecho esto por todos los cristianos y quiero dar las gracias a todos los cristianos que la están ayudando».