Compartiendo a Jesucristo: Vayan y proclamen el evangelio.
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«Seamos dóciles a las enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo.»
«Seamos dóciles a las enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo.»
Felipe, nacido en Betsaida, primero fue discípulo de Juan Bautista y después siguió a Cristo.
Santiago, pariente del Señor, hijo de Alfeo, rigió la Iglesia de Jerusalén; escribió una carta canónica; llevó una vida de gran mortificación y convirtió a la fe a muchos judíos. Recibió la palma del martirio el año 62.
En esta meditación, Abelardo de Armas recuerda que María es nuestro modelo. Ella nos guiará a la santidad, nos sostendrá en el camino para que no sucumbamos y, si somos fieles, nos presentará ante su Hijo.
En esta sociedad hipersexualizada, que vende al ser humano como un mero objeto de placer, olvidando la dignidad de cada persona, Miquel Feliu comenta lo importante que es no apartar la mirada del Crucificado. Cada gota de su Sangre derramada ha hecho que la vida de cada uno de los seres humanos sea infinitamente valiosa. Albert desarrolla su apostolado a través de las redes, pero resalta la importancia que tiene en su vida su núcleo de amigos. Y da pautas a los jóvenes para poder descubrir verdaderamente el amor y no dejarse engañar por lo que la sociedad actual llama «amor».
En esta meditación, Abelardo de Armas explica que Jesús dijo: “Bienaventurados los que no vieron y creyeron”. Nosotros tenemos el privilegio de ser dichosos, tenemos la bienaventuranza de seguirle por la fe. Ya vendrá un día en que le veremos. Pero ahora sabemos que está vivo. Mi Dios está vivo y creo en Él.
Nació en Alejandría el año 295 y fue colaborador y sucesor del obispo Alejandro a quien acompañó en el Concilio de Nicea. Peleó valerosamente contra los arrianos, lo que le acarreó incontables sufrimientos, entre ellos varias penas de destierro. Escribió excelentes obras apologéticas y expositivas de la fe. Murió el año 373.
En esta meditación, Abelardo de Armas dice que, para que todos nuestros problemas terminen, lo único que necesitamos es descubrir que tenemos una Madre en el cielo que nos ama infinitamente.
En esta meditación, Abelardo de Armas dice que al mirar a Jesús alzado en la Cruz, vemos la miseria, el pecado. Jesús se ha hecho miseria por ti, y mirándole te salva. Él quiere que mirándole creas en Él y creyendo tengas vida eterna, que se aumente tu fe en Jesús.
Hoy celebramos al padre nutricio de Jesús, justo y humilde carpintero de Nazaret, que pasa la vida no sólo en la meditación y la oración, sino también en las fatigas de su artesanía. Desde 1955 se celebra litúrgicamente la Memoria de San José Obrero. Esta fiesta fue instituida por Pío XII para exaltar cristianamente el trabajo humano. La Iglesia, al presentarnos hoy a San José como modelo, no se limita a valorar una forma de trabajo, sino la dignidad y el valor de todo trabajo humano honrado.
En esta meditación, Abelardo de Armas reflexiona sobre las palabras de santo Tomás. Jesús tiene sus llagas presentes para que te enamores de Él. ¡Lo que están representando esas llagas! “Tomás respondió y le dijo: «Señor mío y Dios mío»”. Es la primera vez que se llama a Jesús Dios.
«Todos honran a un profeta menos los de su tierra.»
Nació en Bra -Piamonte- el 4 de mayo de 1786 y fue el primogénito de los doce hijos de Antonio Cottolengo y Benita Caroti. Tuvo como programa de vida la caridad con los más desvalidos. Llegó al sacerdocio el 8 de junio de 1811, doctorándose en Teología en 1816. Más tarde, fue nombrado canónigo del “Corpus Domini” de Turín. Para recoger toda clase de abandonados que no encontraban asilo en otra parte creó la “Píccola Casa della Divina Providenza”. La característica preponderante de la santidad y obra de José Benito Cottolengo es la confianza absoluta en la Divina Providencia. Murió el 30 de abril de 1842.
En este «Firmes en la Verdad» entrevistamos a Javier Rodríguez, Director General del Foro Español de la Familia. El Foro de la Familia es una plataforma civil que lleva 20 años siendo el altavoz de las familias españolas, alzando la voz en defensa de la familia y que se ha convertido —a fuerza de mucho trabajo— en un punto de referencia para millones de personas.
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
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