Beata Imelda Lambertini y la Eucaristía
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En este «Hacia lo alto», la Hna. Rachel Newton —Sierva del Hogar de la Madre— nos recuerda con la vida de la beata Imelda Lambertini que Dios, amor infinito, quiere entrar en el corazón finito del hombre. Imelda tenía un gran deseo de recibir a Jesús sacramentado pero no tenía la edad requerida. Un día, a los nueve años, se quedó después de Misa en oración y los que estaban fuera vieron cómo salía una luz de la capilla; y al entrar vieron que encima de Imelda había una forma consagrada. El sacerdote entendió en ese momento que era voluntad de Dios entrar en ella y accedió a darle la comunión. Al recibirla, Imelda muere de amor.