La sabiduría de siempre con el cuento: ¡vaya un pez!
Un pescador generoso y compasivo consigue en recompensa una pomada, se la frota a su hijo y éste se convierte en héroe y rey ¿Quieres saber que pasó después?.
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
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