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A veces, las tormentas que vivimos en la vida resultan ser acontecimientos privilegiados para el desarrollo de nuestra fe. La tempestad en el mar, descrita en el evangelio, simboliza también, en cierta medida, nuestra situación cuando en los momentos difíciles de las pruebas de la fe, en los momentos de una mayor o menor tempestad, nos parece que Jesús nos ha abandonado, que está ausente. Las tempestades que vivimos pueden ser de diversa índole: pueden tratarse de tentaciones de pecado, de escrúpulos; de temores por el futuro, por la salud, por el trabajo; de tempestades relacionadas con las dificultades matrimoniales; etc. Ante esas tempestades se pueden manifestar dos tipos de actitud: el temor, como en el caso de los apóstoles ante la tempestad; y la calma, simbolizada por Jesús dormitando en la barca.
Acto de despedida en el aeropuerto de Labacolla con la presencia, al igual que en el acto anterior, de los Reyes de España. Discurso de despedida del Papa: "¡Hasta siempre, España! ¡Hasta siempre, tierra de María!".
En la Catedral del Apóstol, acto europeísta. En su discurso, Juan Pablo II habló de las raíces cristianas de Europa y de su necesaria renovación espiritual y humana. Oración ante el sepulcro de Santiago.
En la plaza del Obradoiro, encuentro con las gentes del mar. Discurso papal sobre la dignidad del trabajo humano y la toma de conciencia de que todos estamos en la barca de Jesucristo.
Misa del peregrino en las instalaciones del aeropuerto de Labacolla. En la homilía, Juan Pablo II habla de que "la fe católica constituye la identidad del pueblo español". 1982 fue Año Santo Compostelano.
Encuentro con las religiosas y miembros de Institutos Seculares femeninos en el Palacio de Deportes de la capital de España. En su alocución, el Santo Padre habla del sentido de la vocación y del seguimiento cotidiano a Jesucristo.
En la Alameda, celebración eucarística con ordenación sacerdotal de 141 diáconos de toda España. Es el acto de este viaje dedicado especialmente a los sacerdotes. En su homilía, el Papa habla del ministerio sacerdotal al servicio de los hermanos y de la necesidad de que los presbíteros sean "sacerdotes de cuerpo entero". Al final de la Eucaristía, el Papa hace entrega al Presidente de la Conferencia Episcopal Española, Mons. Gabino Díaz Merchán, de un mensaje a los seminaristas de España, en el que señala que se preparan a ser "futuros sacerdotes en un mundo que necesita ver huellas claras del evangelio".
Encuentro con los ancianos en la plaza del Santuario de la Virgen de los Desamparados. En su discurso, el Santo Padre expresa la preocupación pastoral y el afecto de la Iglesia hacia los hombres y mujeres de la tercera edad. Posterior visita del Santuario y de la Catedral.
Eucaristía vespertina en el Estadio del Nou Camp, en cuya homilía llama a los fieles a "adoptar siempre actitudes auténticamente cristianas en la vida personal y social".