10 minutos con Jesús: Aldabonazos
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Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante vosotros hermanos.
Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante vosotros hermanos.
¿Por qué si somos verdaderamente cristianos deseamos tanto ser tenidos por alguien? En este programa de «Palabras de vida desde la misión», el P. Christopher Hartley nos recuerda que lo importante es ser grande en el Reino de los cielos y, para serlo, hay que ser como niños, no desear ser nadie a los ojos de los hombres.
Fue un soldado cristiano del siglo VI. Estando en Tierra Santa tuvo en Getsemaní una experiencia que dio un vuelco su vida. Cambió sus planes de futuro y entró de monje en Gaza. La palabra que le caracterizó fue desprendimiento.
Que todo lo que hagamos en esa cuaresma, sea movido por el amor a Dios y para unirnos más a Él.
¿Quién nos ha prometido a nosotros que vamos a ser felices en este mundo? El P. Christopher Hartley, en esta homilía de «Palabras de vida desde la misión», dice que no hemos nacido para ser felices, sino que hemos nacido para ser fieles, y el Señor nos anuncia la cruz y la Pasión. ¿De verdad quiero ser cristiano? Pues tenemos que entender lo que tanto nos cuesta, que hemos sido creados para compartir los sufrimientos de Cristo, y que será en el cielo donde seremos felices con Él.
«¡Jerusalén, Jerusalén!, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados. ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como una gallina su nidada bajo las alas, y no habéis querido!»
Habiendo amado a los suyos, los amó hasta el extremo.
Herodes se preguntaba quién era Jesús, pero no porque quisiera conocer verdaderamente a Jesús, sino porque su conciencia le reprochaba lo que había hecho con Juan Bautista y tenía miedo. El P. Christopher Hartley, en esta reflexión de «Palabras de vida desde la misión», nos interroga sobre cuál es la finalidad que tenemos nosotros al acercarnos a Jesús. ¿Realmente deseamos conocerle y dejar todo por Él como hicieron los discípulos?
Desde los 13 años, Mª Ángeles Atahonero sufría continuos dolores en todo el cuerpo sin que los médicos supieran encontrar la causa de sus padecimientos. Al malestar físico se unía la incomprensión por parte de su familia, lo que era causa de un gran sufrimiento moral. Tras el nacimiento de su segundo hijo, que provocó nuevas crisis de dolor aún más agudo, le fueron diagnosticadas fibromialgia y fatiga crónica. Los médicos le prohibieron tener más hijos. Mª Ángeles comprendió —y nos transmite— que solo con Dios se puede vivir el sufrimiento con alegría, fe y esperanza. Y descubrió que el Señor le invitaba a ofrecer su sufrimiento por los sacerdotes y por las almas del purgatorio.
Que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha. «Tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará».
«Cuando el dueño de la casa se levante y cierre la puerta, os pondréis los que estéis fuera a llamar a la puerta, diciendo: "¡Señor, ábrenos!" Y os responderá: "No sé de dónde sois."
Entonces empezaréis a decir: "Hemos comido y bebido contigo, y has enseñado en nuestras plazas"; y os volverá a decir: "No sé de dónde sois. ¡Retiraos de mí, todos los agentes de injusticia!".»
El Señor siempre se da sin prisas y quiere que nosotros nos demos así también, y que sintamos el peso de las almas que tienen sed de Dios.
Descubre la historia de la Hna. María Fuentes, S.H.M. Aun habiendo nacido en una familia profundamente religiosa, no acababa de hacer suya la fe, porque no había tenido un encuentro personal con Dios. Veía al Señor como alguien lejano al que no amaba. La adolescencia fue un momento especialmente crítico, pero la perseverancia, el ejemplo de su familia y un campamento del Hogar de la Madre, harán que acabe teniendo ese encuentro con Jesús que le faltaba y termine enamorándose de Él. Descubre toda su historia en «Cambio de Agujas».
Es necesario prepararnos para el sufrimiento y para la muerte, ya que son realidades a las que todos nos enfrentamos antes o después. Ana María Tordable, enfermera de cuidados paliativos, nos enseña a prepararnos para afrontar esos dolorosos momentos.
La turba apretujaba a Jesús, pero solo la mujer le tocó, porque, tocarle, significa creer en Él.
«Sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».
«¿A qué es semejante el Reino de Dios? ¿A qué lo compararé? Es semejante a un grano de mostaza, que tomó un hombre y lo puso en su jardín, y creció hasta hacerse árbol, y las aves del cielo anidaron en sus ramas.»
Editorial
Hace una semana se presentó en Roma la exhortación apostólica postsinodal: “Querida Amazonía". Este documento es la conclusión que hace el Papa del sínodo especial de obispos que tuvo lugar en octubre de 2019. Sínodo que pretendía dar respuesta a algunos problemas que dificultan la evangelización en la zona amazónica.
Noticias internacionales:
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«Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará».
El P. Christopher Hartley, en esta homilía de «Palabras de vida desde la misión», afirma que los que formamos parte de la Iglesia, nos convertimos en hermanos de Jesucristo, si estamos unidos a Él. Tengo que acoger su Palabra y dejar que me alimente, que me dé vida, y tener en cuenta que mi vida no me pertenece, sino que tiene que ser una vida entregada a Dios.
«Si alguno quiere venir en pos de Mí, que se niegue a sí mismo, que tome su cruz de cada día, y que me siga».
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
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