Compartiendo a Jesucristo: El joven rico
- Sección: Meditaciones-homilías
- Categoría: Compartiendo a Jesucristo
«Si quieres ser perfecto, anda, vende tus bienes, da el dinero a los pobres —así tendrás un tesoro en el cielo— y luego ven y sígueme».
«Si quieres ser perfecto, anda, vende tus bienes, da el dinero a los pobres —así tendrás un tesoro en el cielo— y luego ven y sígueme».
«¡Dormido! ¿En medio de la tormenta? Complicadísimo de entender, Jesús.»
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Seguirte es una convicción, ser tu amigo, asomarme a tu corazón sediento de tu amistad.
«Entrad por la puerta estrecha. Porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos».
«Por la dureza de vuestro corazón os permitió Moisés repudiar a vuestras mujeres; pero, al principio, no era así. Pero yo os digo que, si uno repudia a su mujer —no hablo de unión ilegítima— y se casa con otra, comete adulterio».
«Contemplamos la obra del Corazón de Jesús en su Madre.»
«Y vio Dios que era bueno...»
«Cuando comulgamos recibimos el mismo Corazón de Cristo que reventó de amor».
«Tú Jesús, recuperando tu oveja perdida. Corazón roto de amor por mí, que volvió a palpitar, que sufre y se alegra conmigo...»
«Por vuestra poca fe. En verdad os digo que, si tuvierais fe como un grano de mostaza, le diríais a aquel monte: “Trasládate desde ahí hasta aquí”, y se trasladaría. Nada os sería imposible».
«El dolor no arrebata tu sonrisa. Sereno alegre, tu corazón, cimentado sobre roca...»
«Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo».
«Tu santidad, tu ser apóstol, tu piedad, tu cariño con los demás, no son experimentos químicos que necesitan de una circunstancia precisa... »
«Dios acude en mi ayuda por medio de personas que tengo cerca.»
«Lo que más te gusta es la alegría del encuentro.»
«Oveja perdida, ven, sobre mis hombros, que hoy no sólo tu pastor soy, sino tu pasto también».
«Eres para mí piedra de tropiezo, porque tú piensas como los hombres, no como Dios».
«Señor, enséñame a orar, que tu Hijo ore en mí para que mi plegaria sea escuchada…»
«Entrégate a la providencia y queda en paz. Vive siempre como si este fuera el último día de tu vida porque el mañana es inseguro, el ayer no te pertenece y solo el hoy es tuyo.»
«He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres y no es amado..»
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
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