10 minutos con Jesús: Un yogur caducado
- Sección: Meditaciones-homilías
- Categoría: 10 minutos con Jesús
«Cristo no caduca nunca».
«Cristo no caduca nunca».
«¡Sígueme! Mateo se levantó y te siguió...».
«Herodes se decía: “A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es este de quien oigo semejantes cosas?”».
«La vida es lucha y también es gracia. Jesús vive a nuestro lado en la lucha, nos da gracia para ser santos...»
«No llevéis nada para el camino: ni bastón ni alforja, ni pan ni dinero; tampoco tengáis dos túnicas cada uno. Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio».
«Mirad, pues, cómo oís, pues al que tiene se le dará y al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener».
«Y tomando un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: “El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado”».
«Lo de la tierra buena son los que escuchan la palabra con un corazón noble y generoso, la guardan y dan fruto con perseverancia».
Este programa contiene un mensaje alentador de Mons. José Guerra Campos en el que aclama la alegría de la Resurrección.
El hombre pone sus esperanzas en los progresos humanos, pero se da cuenta de que todo se disuelve en las manos, porque su corazón está llamado a una esperanza viva. Jesucristo, esperanza luminosa, Dios, que se adentra en nuestra condición, vive nuestra vida y la transfigura, la convierte en camino a pesar de la muerte y conduce nuestra vida de Hijos de Dios a la meta que buscamos, que no es un espejismo sino una realidad. Cristo realiza nuestra esperanza, baja a nuestra condición de caminante para que al llegar al término a través de la muerte podamos decir: ese es el camino.
«Iban con él los doce y algunas mujeres que había liberado de malos espíritus y curado de enfermedades».
«José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados».
«Sufrir un poco para gozar después...».
«Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después de sembrada crece, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros del cielo pueden anidar a su sombra».
«Vecino, ¿quieres que rece por ti?».
«los milagros existen pero no todo el mundo se cura».
«Llega a casa y de nuevo se junta tanta gente que no los dejaban ni comer».
«Aprendí que la vida es dura, que no puedo juzgar...».
«Simón, a quien puso el nombre de Pedro, Santiago el de Zebedeo, y Juan, el hermano de Santiago, a quienes puso el nombre de Boanerges, es decir, los hijos del trueno, Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el de Caná y Judas Iscariote, el que lo entregó».
«Como había curado a muchos, todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo. Los espíritus inmundos, cuando lo veían, se postraban ante él y gritaban: “Tú eres el Hijo de Dios”. Pero él les prohibía severamente que lo diesen a conocer».
«“¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?”. Ellos callaban. Echando en torno una mirada de ira y dolido por la dureza de su corazón, dice al hombre: “Extiende la mano”. La extendió y su mano quedó restablecida».
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
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