Palabras de vida desde la misión: El drama del matrimonio
- Sección: Meditaciones-homilías
- Categoría: Palabras de vida desde la misión
«La infidelidad del hombre a Dios, jamás ha justificado la infidelidad de Dios al hombre…»
«La infidelidad del hombre a Dios, jamás ha justificado la infidelidad de Dios al hombre…»
«Desconfiado, Inseguro, todo le molesta. De repente, Un tumulto ¡Es el rabí!...»
«Cuánto más te haga esperar, más lo desearás…»
«El verdadero sentido del ayuno y los sacrificios es el amor.»
«Hipócrita: sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano».
«Conversión es elegirte a ti. Pide poder perseverar. Nunca es tarde para volver al Padre.»
¿Te da pereza la cuaresma? Que esta no sea una más…
«Mirad los pájaros del cielo: no siembran ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos?».
«Pongo en la patena todo cuanto tengo y soy. Pan y vino, trabajo y don. Un poco de agua, participo de lo divino y lo humano. Unidos en santidad, junto a Cristo, vamos al Calvario.»
«Vacíate, para llenarte, hazte pobre y toma el tesoro que Dios pone en tus manos...»
«De la abundancia del corazón, salen las buenas obras…»
«Se puso en pie, increpó al viento y dijo al mar: “¡Silencio, enmudece!” El viento cesó y vino una gran calma».
«El ayer está en su Misericordia, el futuro en su esperanza. Solo tenemos el hoy para llenarlo de su Gloria…»
«Tus brazos Jesús, son el ascensor que me suben al cielo…»
«Y serán los dos una sola carne…»
«Creo Señor, pero aumenta mi fe…»
«No atesoréis para vosotros tesoros en la tierra, donde la polilla y la carcoma los roen y donde los ladrones abren boquetes y los roban. Haceos tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni carcoma que los roen, ni ladrones que abren boquetes y roban».
«¡Conduce Tú, llévame dónde tu vayas!...»
«Quiero darte todo el terreno en mi propia vida, para que hagas lo que quieras…»
«Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros orad así: Padre nuestro que estás en el cielo…»
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
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