10 minutos con Jesús: Cristo viene
- Sección: Meditaciones-homilías
- Categoría: 10 minutos con Jesús
Somos amados del Señor, por eso podemos decirle: «Señor, el que amas está enfermo».
Somos amados del Señor, por eso podemos decirle: «Señor, el que amas está enfermo».
En esta homilía de «Palabras de vida desde la misión», el P. Christopher Hartley nos recuerda que el Señor nos manda ir: «Id y proclamad las maravillas del Señor». Él te pide la disposición para poderte enviar, ¿cuál es tu respuesta? No puedes ir a proclamar nada si no has visto las maravillas de Dios en tu vida. ¿Me fijo en las maravillas que Dios hace en las vidas de los demás y en la mía propia?
Somos el único ser de la creación capaz de amar a Dios.
¿Y cómo puedes decir a tu hermano: «Hermano, deja que te saque la mota que tienes en el ojo», cuando no ves la viga que hay en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás bien para sacar la mota del ojo de tu hermano.
Tengo que hacer todo por amor. La vida está para darla, y lo que me quedo en el bolsillo se pudre.
Son los gestos sencillos, los gestos de amor de la gente corriente, los que consiguen contener y derrotar al mal.
«Haced lo que Él os diga».
¡Ay de vosotros, los que ahora estáis hartos!, porque tendréis hambre.
¡Ay de los que reís ahora!, porque tendréis aflicción y llanto…
Jesús, auméntame la esperanza para anhelar esa unión contigo después de la muerte.
Tomando como base la parábola del sembrador, el P. Christopher Hartley, en esta reflexión de «Palabras de vida desde la misión» dice que, es muy importante tener raíces profundas para no sucumbir. Esa raíz es todo aquello que da vigor y fortaleza a la vida cristiana. Por otro lado, nos puede pasar que aunque la semilla dé fruto, no seamos capaces de arrancar los vicios y la ahoguemos. Dios quiere transformar mi corazón, quiere caer en tierra fértil, pero si no estoy dispuesto a desenraizar mis vicios, su Palabra nunca podrá dar fruto en mi vida.
Pidamos a María que Ella rasgue esos velos que puede ser que todavía nos separen del Señor.
¿Estamos realmente convencidos de que es solo en la voluntad de Dios, en el plan de Dios, donde nuestra vida tiene realmente sentido? En esta reflexión de «Palabras de vida desde la misión», el P. Christopher Hartley explica que, sin enamoramiento, no hay cumplimiento de la voluntad de Dios y que, en la Iglesia, se vive de amor y para amar. Pero es imposible hacer la voluntad de Dios si no se tiene el corazón limpio, si no se tiene el corazón puro.
¿Está permitido en sábado hacer el bien o el mal, salvar una vida o destruirla?
La verdad de que Dios me ama, puede ser la única verdad que estoy llamado a conocer en este mundo.
Utilizando un pasaje del Éxodo, el P. Christopher Hartley, en este programa de «Palabras de vida desde la misión», reflexiona sobre si cuando me encuentro con una dificultad y esa dificultad permanece en el tiempo, me doy cuenta de que todo eso está en el plan de Dios. Nos hace caer en la cuenta de que la victoria de Dios es mucho más grandiosa cuanto más dura ha sido la batalla. Nos exhorta también a confiar en el Señor, porque es eso lo que nos da la capacidad de perseverar en el bien frente a la obstinación del mal.
El tiempo es gloria; la gloria que podemos dar a nuestro padre Dios, según el uso que hagamos del tiempo de que disponemos.
El que no carga con su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.
Recuerda que el Señor es el gran Cirujano que puede reparar tu corazón, pero te toca a ti decirle a tu corazón que vuelva a latir, eres tú quien tiene que despertarlo para que empiece a amar, ya que el Señor quiere que vivamos amando.
El Hijo del hombre es Señor también del sábado.
El Señor no te promete darte lo que tú quieres, sino lo que tú necesitas.
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
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